Ciprés

28 de Junio 2018 por Misaani

Falso ciprés – Chamaecyparis lawsoniana.

Orígenes y características.

Pertenece a la familia de las cupresáceas. La procedencia de este género es de América del Norte y del este de Asia. El aspecto más peculiar es la gran cantidad de variedades existentes, ya sea teniendo en cuenta el porte y la talla que adquieren, así como la tonalidad y la forma que adquieren sus hojas, pues varían desde el verde más intenso hasta el tono grisáceo más pálido, sin olvidar los de matices dorados, con forma acicular o escamosa que cubren por completo la corteza. Pueden alcanzar grandes tallas, formando siempre copas de contorno cónico.

No acepta exposiciones muy soleadas, al menos durante el verano, siendo su resistencia al frío la característica más destacáble.

Tierras /Abonado

Se debe proporcionar un suelo profundo compuesto por sustrato poroso, si es posible calcáreo, y que drene bien.

El abonado, ha de ser moderado, ya que su desarrollo es lento

Riego

Los riegos deben ser regulares para mantener el sustrato de cultivo húmedo de manera continua, especialmente en la época más calurosa del año, evitando siempre el encharcamiento.

Alambrado

El alambrado se realiza en otoño, procurando salvar las pequeñas hojas distribuidas sobre la corteza, se retira al cabo de 10 meses aproximadamente.

Trasplante

Se realiza entre 3 y 5 años, siempre al comienzo de la primavera.

Pinzado

Cuando despuntan los nuevos brotes, resulta recomendable pinzarlos para controlar el desarrollo desmesurado de la copa, realizando la poda de las ramas de un tamaño desproporcionado. Las hojas no conviene seccionarlas; es preferible eliminarlas por completo tras la foliación y reducir el follaje en una tercera parte del total, retirando de forma regular todas aquellas que vayan secándose en el interior de la copa.

Enfermedades

La araña roja y las cochinillas pueden tacar al ciprés, aunque son las enfermedades de origen fúngico las más temibles, especialmente cuando las labores de poda no han sido realizadas siguiendo las precauciones higiénicas adecuadas. Las primeras hay que intentar combatirlas utilizando un palillo con algodón impregnado de alcohol, aplicando después un acaricída o insecticida.